21 Mar Quitarse el miedo a meditar
La meditación, o el ‘mindfulness’ (“atención plena”) como parece llamársela ahora, también al hablar en español, parece estar de moda desde hace unos años. Seguro que a alguno os ha caído entre manos un artículo de autoayuda en el que proponen practicar ‘mindfulness’ para reducir la ansiedad, la falta de concentración, los cambios de humor, las crisis creativas… Todo ello corroborado por complicados estudios científicos. Si estás en la avanzadilla, puede que conozcas algún centro de yoga o de crecimiento personal en el que organizan periódicamente meditaciones en grupo. Puede ser que hasta conozcas a alguien que asegura practicar regularmente. O puede que el que practiques seas tú…
Desde que empecé a meditar, hace ya varios años, me he encontrado a menudo con personas que me preguntan con curiosidad pero con ciertos reparos sobre qué es eso de meditar, y cómo es posible eso de sentarse, quedarse quieto y… ¿luego, qué? ¿No hacer nada? Se debaten entre la atracción y el rechazo, entre las ganas de practicar y cierto miedo a “no saber”. Yo estuve en la misma situación durante varios años también, hasta que una crisis personal me empujó a buscar todas las vías a mi alcance para calmar mi ansiedad e intentar conectar con una fortaleza interior que, por circunstancias externas, había perdido. O… quizá para ser más exactos, con la que hasta entonces no había conectado.
El viaje que inicié para “calmarme” me llevó por otros derroteros y me hizo dar con el apasionante mundo del ‘coaching’ y el crecimiento personal. Terminé haciéndome replanteamientos más profundos y eso me condujo también a una trasformación profesional. Para mí, la meditación es la vía y el ‘coaching’ un gran atajo, que me da a menudo claves y me ayuda (cuando se puede) a dar saltos. Una de las bases fundamentales del ‘coaching’ es estimular una toma de conciencia, que permita al cliente tomar decisiones y delinear sus objetivos. La práctica de la meditación, mantenida en el tiempo, nos enseña precisamente a tomar conciencia y nos impulsa a desasirnos de puntos de vista instaurados y no cuestionados con mayor facilidad. La meditación es imprescindible, pero el ‘coaching’ me ayuda a bajar a tierra los aprendizajes… Desde mi experiencia, una y otro, unidos, pueden formar un gran equipo.
Con este blog pretendo contribuir a ese maridaje, para lo que se hace imprescindible quitarse el miedo a meditar. En sesiones de coaching y en pequeñas encuentros he guiado meditaciones y uno de los comentarios que más gracia me hace (y también más me alegra oír) es cuando alguien más tarde me confiesa que eso de meditar hasta entonces le parecía algo medio «esotérico» y un «poco raro”, y que ahora está viendo que no está tan mal. Espero con los próximos ‘posts’ lograr un efecto parecido…!
Sin comentarios