
23 Feb Tendencia a desconectarnos
Nuestros cuerpos, la manera en que nos relacionamos con ellos, dan muchísima información de nosotros mismos, de nuestro carácter, de nuestras tendencias, de nuestras inquietudes. A veces pienso que si la gente fuera consciente de cuánto se ve de ellos en una clase de yoga (donde dice yoga podría también decir movimiento expresivo) no se atreverían a acudir a clase, pero a la vez creo (o quiero creer) que los profesores que hemos dedicado tiempo a observar no solemos ser malas personas y que la gente puede quedarse tranquila, que sus secretos están a buen recaudo.
Me dan rachas de fijarme en unas cosas u otras. Y últimamente me fijo en nuestra tendencia a desconectarnos, a no poder sostener el hecho de estar presentes. Es sorprendente, enigmático, que nos cueste tanto eso de simplemente «estar». Asumo que es un hábito adquirido de muy niños, cuando hubo momentos de sufrimiento intolerable que obligaron a hacer pequeñas o grandes desconexiones psíquicas o emocionales, que permanecen.
En clase lo veo en personas con partes del cuerpo que no pueden estar. Personas que hacen una postura siguiendo todas las instrucciones salvo algún detalle, y que aunque se les corrija (un día, y otro día, y otro) unos segundos más tarde vuelven a desconectarse. A veces son detalles «pequeños» pero reincidentes: una mano, un codo… Otras (muy frecuentes), el cuello y la cabeza van por un lado y el resto del cuerpo por otro, y si se supone que la idea es erguir el cuello lo dejan colgando, mientras que si la indicación es relajarlo lo dejan recto como un palo… Son «despistes» que, seguramente, para alguien ajeno a los mensajes del cuerpo resultarían anecdóticos y más bien irrelevantes. Y son, sin embargo las claves que quienes hemos ido aprendiendo a leer nos van desvelando las historias del otro.
El trabajo corporal consciente busca generar esas conexiones, rehacer esas carreteras emocionales cortadas o directamente construir desde cero esos caminos que nunca se iniciaron. Crea las conexiones neuromusculares, y con ello creo que también nos ayuda a reconquistar nuevos caminos internos, más significativos y profundos. A mí me ha funcionado y por ello creo tan apasionadamente en él.
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